Paulina Reyes | Luis Martínez
En 2017, Eugenia Mitchelstein y Pablo J. Boczkowski, importantes investigadores de la comunicación en Latinoamérica, detonaron el término «Noticia Incidental» a partir de un estudio cualitativo sobre los jóvenes y su consumo de noticias, realizado por el Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina (MESO);
«Hoy el consumo noticioso es “incidental”: el acceso a la información deja de ser una actividad independiente y pasa a ser parte de la sociabilidad en las redes. Los jóvenes no usan los medios sino que viven en ambientes digitales, donde no hay contextos ni jerarquías sino retazos de historias y opiniones que son escaneadas y, con mucha suerte, leídas» señalaban en un ensayo publicado por la revista Anfibia el mismo año y que hoy es referente para entender los hábitos de consumo de noticias actuales.
8 años después, en la actualidad este fenómeno no sólo está presente en las generaciones más jóvenes, sino en la mayoría de personas hiperconectadas a internet a partir de dispositivos móviles. Este encuentro incidental con las noticias en un escenario de sobrecarga informativa ha permeado en la capacidad de las personas en la comprensión, análisis y jerarquía de los contenidos noticiosos de actualidad. Como lo señaló Daniela Bermudez en El Economista:
«Uno de los grandes problemas de la abundancia de la información en las plataformas digitales es que en el mismo lugar se puede encontrar información verdadera, falsa, verificada y rumores, haciendo que el internauta busque el conocimiento entre el –ruido-…»
Previo:
Los nuevos hábitos de consumo de noticias
La crisis de confianza en las noticias, tiene uno de sus primeros detonantes en la incapacidad de las audiencias en reconocer noticias reales y desinformación, noticias de profundidad, opiniones y contenidos publicitarios. Ante la sobrecarga de información y el acceso incidental a las noticias, potencializado por los algoritmos de las redes sociales y los buscadores, la validación de los contenidos noticiosos por parte de las audiencias se realiza a partir de reacciones emocionales y reafirmación de ideologías y prejuicios individuales preestablecidos.
El prestigio, credibilidad y confianza relacionado a la identidad de las diversas ofertas noticiosas de la prensa escrita, los medios electrónicos y digitales ha sido rebasada por el consumo incidental, la sobreexposición de fuentes y la velocidad de consumo de información.
En otro estudio realizado por el ObservaMxMedia a partir de 25 entrevistas dirigidas a personas de diferentes edades y contextos que son consumidoras frecuentes de noticias, se les solicitó que comentaran sobre la noticia más reciente que les generó algún tipo de impacto. Posteriormente se les preguntó ¿Dónde habían visto o leído sobre esa noticia?, el 79% de las personas respondieron que en redes sociales y portales de internet, el 13% en televisión y el 8% en radio.
Después a las mismas personas se les pidió que fueran más específicas en la fuente de la noticia. Del total de personas que refirieron a las redes sociales y portales de internet como fuente de la noticia de impacto, sólo el 11% pudo recordar el medio y/o periodista que publicó dicha información, el 89% restante sólo pudo recordar vagamente la red social en dónde la vio (Facebook, X, Youtube, etc).
Los periódicos y empresas periodísticas, han diluido su identidad cuando publican sus contenidos en las redes sociales, sus esfuerzos por destacar entre la inmensa oferta de contenidos, no necesariamente impacta en la presencia de su marca, por lo que su alcance e impacto no necesariamente está relacionado a la confianza y reconocimiento de las audiencias.
Este fenómeno disminuye las posibilidades de que las personas confíen, destaquen y descarten a marcas periodísticas específicas, reduciendo su autoridad y prestigio a indicadores meramente cuantitativos como el volumen de visitas o reproducciones.
Continúa: